Baltazar

Testimonio | Octubre 2013

Ex futbolista. Fundador y presidente del grupo "Atletas de Cristo". Tras ser máximo goleador sudamericano e internacional con la selección de Brasil, volvió a ser máximo goleador en la liga española en la temporada 88-89 y uno de los tres mejores goleadores de Europa. En España jugó en el Celta de Vigo y en el Atlético de Madrid. Casado con Myrna, tienen dos hijos: Mateus y Michelle

En la liga española marqué 35 goles en una sola temporada, siendo el máximo goleador. Cada gol fue importante y está en mi recuerdo, pero eso es algo del pasado que ahora carece de interés para mi vida o la historia de mi equipo.

Lo más importante de mi vida fue haber recibido a Jesucristo como mi Salvador hace veinte años, porque desde ese momento tuve la oportunidad de empezar una nueva vida. Es lo que yo llamo "el gol más importante de mi vida". Mis padres me colmaron de atenciones, me dieron estudios y me enseñaron acerca de Jesús y la Biblia. Eso quedó sellado muy fuerte en mi corazón, pero lo cierto es que a medida que pasaba el tiempo, me desinteresaba más de Dios. Creía que "eso" era para viejos y que podía disfrutar la vida a mi manera o según el consejo de mis amigos. Empecé a buscar alegría en el dinero, amigos, copas, diversión, discotecas, mujeres y fútbol... pero nada de esto llenó mi corazón. Eran tan sólo momentos de placer que duraban muy poco.

Mi vida iba de mal en peor. Llegó una noche en la que no podía dormir con tantos sentimientos de culpa, tristeza, y angustia. Entonces confesé mis pecados, mi vida perdida a Dios e invité a Cristo a vivir en mi corazón. a partir de ese momento mi vida cambió. Me sobrevino una paz increíble, una alegría que llenó mi corazón, dando un nuevo sentido a mi vida.

Una cosa que había deseado siempre era tener un matrimonio feliz, como el de mis padres, pues he conocido muchos amigos que vivían muy mal, con peleas, problemas, falta de amor... hoy puedo decir que soy feliz en mis dieciocho años de matrimonio, pues Myrna, mi mujer, y yo tenemos lo mismo que mis padres tienen: a Jesucristo como Señor de nuestro hogar. Cuando seguimos sus enseñanzas, tenemos los mejores resultados, pues Él es el que nos enseña a perdonar y amar.

He tenido una carrera victoriosa, jugando en los mejores clubes de Brasil, en la selección de Brasil, en España, Portugal, Francia y Japón. Pero también he tenido momentos difíciles. En mi último año como jugador en Japón, algunas lesiones muy importantes me apartaron del campo, y Myrna, que estaba embarazada de veinticinco semanas, rompió prematuramente aguas contagiándose con una bacteria muy peligrosa que puso en peligro su vida y la del bebé. Fueron momentos de angustia y lágrimas, pero empezamos a orar suplicando a Dios un milagro, y entonces El puso su mano sobre la situación y aprendimos la gran diferencia que supone tener a Jesucristo en la vida. Dios nos ayudó (como a David, Salmo 46:1, 116:1 y 40:1). Ella se curó y la niña nació con 1.213 gramos y 37 cm. De eso hace algún tiempo, ahora están bien. Seguir a Jesús es lo más importante en esta vida. Sólo El puede perdonarnos y darnos paz. Te recomiendo de todo corazón que le invites a ser el Salvador de tu vida.


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