Allan Houston

Testimonio | Octubre 2013

Allan Wade Houston (nacido el 20 de abril de 1971, en Louisville, Kentucky) es un jugador de baloncesto estadounidense que militó en la NBA desde 1993 hasta 2005, desarrollando su carrera en Detroit Pistons y New York Knicks, donde se convirtió en uno de los escoltas más prolíficos. Tras 3 años sin jugar, en 2008 intentó el regreso a los Knicks pero finalmente no entró en los planes del equipo

Vivo mi vida para agradecer a Dios todo su tiempo, y procurar aquello que le agrada a Él. Cada hora, cada momento de mi vida es dedicado a Él, y Él es lo más importante... Cuando no leo la Biblia es como si el día no estuviese completo. ¿Sabes? Es como si ese día no encontrase a Dios. Necesito hablar con Dios, poner todo en sus manos cada día. Necesito experimentar su presencia abriendo la Biblia para encontrar la dirección en todas las áreas de mi vida…

Lo más importante en la vida es Dios. Tu puedes tener todo y seguir un camino equivocado. Cuando eres joven a veces los amigos te llevan a hacer cosas equivocadas. Jesús nos enseña a conocer las cosas correctas, a hacer las decisiones correctas de la manera más acertada. Si confías en El, tu mismo aprendes a hacer todo como hay que hacerlo, sabiendo que estás haciendo lo que Dios dice.... Y eso es una de las cosas más importantes para que los jóvenes comprendan que Dios nos hizo gente especial, y con una razón . Si le amamos, lo escuchamos y hablamos con El podemos conocer nuestro verdadero papel en la vida…

Puedes tener todo el dinero que quieras, gente que está contigo por lo que haces, pero si no tienes paz en tu corazón, y alguien que realmente te ama, no sirve de nada. Puede dar la impresión de que yo tengo todo, pero es por medio de Jesucristo, porque Él dio todo por nosotros, y nosotros podemos tener vida eterna. Jesús dio su propia vida por nosotros y nosotros podemos tener una vida para siempre que no se puede comparar con esta... Ganamos la medalla de oro gracias a Dios, más eso es solo por un día. Jesús dio su vida por nosotros, y eso cuenta para siempre. El murió por nosotros y su trascendencia es eterna. Podemos ganar un campeonato y eso tiene una transcendencia de un día. Cuando Jesús vive en nuestra vida, lo que hacemos perdura para siempre con Él.


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